lunes, 10 de agosto de 2009

Editorial
El despido de trabajadores que el hombre de papel les exigió a los alcaldes para supuestamente adelgazar la nomina, por la “grave” crisis económica, no es más que una cacería de brujas por los malos resultados que obtuvo el Partido de la Revolución Democrática en las pasadas elecciones, porque a pesar de los ajustes o recortes a los presupuestos que el gobierno del estado o municipal hagan para enfrentar la “crisis”, de nada les servirá, ya que sus funcionarios siguen gozando de cabal salud.
Retrasado mental no es el hombre de papel, ya que los programas que este habrá de afectar son todos aquellos que no le reditúan una ganancia personal, es por ello, que las obras de pavimentación y obra pública en general las seguirá llevando a cabo, ya que es la mejor manera de desviar los recursos públicos y así poder él y uno que otro funcionario poder acceder a dinero rápido y fácil.
Es una incongruencia las acciones que el hombre de papel desea hacer para enfrentar lo que llaman crisis, toda vez que es el primero en permitir una serie de desvíos y que en vez de buscar castigar a los responsables de estos, los protege a más no poder, y que en mucho han afectado a las finanzas del gobierno de estado, ya que este tiene que cubrir dichos recursos como fue el caso de los maestros, en donde el culpable sigue como si nada.
Y la sencilla razón es, porque los desvíos son realizados con el consentimiento del hombre de papel, y él lo sabe, pero prefiere callar y dejar pasar con la finalidad de que sea el tiempo el que cubra dichos actos de corrupción, sobre cuando es uno de los beneficiados de dichos desvíos.
En cuanto a los ayuntamientos, la cosa es igual o peor de lo que está ocurriendo en el gobierno del estado, en donde la constante es la corrupción, donde sus funcionarios o tesoreros son los que hacen lo que le venga en gana con los recursos del erario público, las acciones son muy incongruentes, ya que mientras los gobiernos desde el Federal, hasta el Estatal o Municipal lloran el estar en crisis económica, algunos de sus funcionarios hacen alarde del derroche de recursos.
Tan solo hay que ver en estos pocas más de cuatro años de gobierno del hombre de papel, el cambio radical de sus principales funcionarios, quienes de la noche a la mañana resultaron ser portentosos millonarios, con fastuosas residencias, vehículos de lujo y cuentas bancarias incalculables, pero que siguieron enseñando su avaricia, pero esto con la complacencia del hombre de papel.
Los presidentes municipales no cantan mal las rancheras, y para muestra es la familia real que vive en el municipio de Comondú, en donde cada día que pasa, siguen llenando su egolatría, pero en fin, el tiempo será el único que dará la razón.
El problema no es que el gobierno y los ayuntamientos soliciten créditos para enfrentar las crisis que dicen tener, el problema es que realmente ese recurso llegue para lo que es contratado, ya que en estos más de cuatro años, el gobierno se ha encargado de las empresas que crean empleos, con la finalidad de que las empresas fantasmas que se crearon en el sexenio no tengan ningún tipo de competencia, ahí están los prestanombres de Oscar Gutiérrez, Oscar Daccarett, Tony Palapa, entre otros.
Nomas hay que ver en cuanto han crecido el patrimonio desde el hombre de papel hasta el bufón que tiene en el gobierno, y con el sueldo que dicen tener, no les alcanzaría ni siquiera para tener la mitad de ellos, por desgracia todos los actuales funcionarios llegaron con hambre de poder y ahora se creen el dedo índice de dios, cuando en realidad son una horda de muertos de hambre.
Pero en fin, estamos en el país del nunca jamás, en donde todo puede pasar, y que por desgracia cuando llegan otros al poder es cuando salen a relucir todos los desaseos que llevaron a cabo, pero con resultados que todos sabemos, la frase simple y ridícula, “lo bueno que ya se fueron”, cuando la realidad debería de ser de que deben de ser encarcelados y hacerlos regresar lo que se llevaron.

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