miércoles, 18 de marzo de 2009

Editorial Puerto Viejo
Sin lugar a dudas que cada partido político ve, oye y hace lo que le conviene, sobre todo cuando se es gobierno, en días pasados leíamos en un diario local las declaraciones del Secretario General del Partido de la Revolución Democrática, en donde alababa las bondades de los gobiernos emanados de su partido, mientras que criticaba la actitud de los diputados de oposición, pero sobre todo señalando la diferencia entre el Partido Revolucionario Institucional de donde muchos de los actuales funcionarios y militantes del PRD salieron huyendo porque no obtuvieron lo que buscaban.
Que rápido se les olvida a aquellos perredistas que por conveniencia se pusieron la camiseta amarilla, pero llevando el corazón tricolor, que también fueron parte de esos gobiernos corruptos que ahora critican, pero que muchos fueron purificados (según Antonio Alcantar López) por el entonces iluminado Leonel Cota Montaño, y que ahora creen que descubrieron Baja California Sur, y que los pueblos y ciudades fueron fundados en 1999, cuando no es cierto.
Palabras más, palabras menos, el flamante dirigente, hacía una comparación entre los informes de los priistas y los perredistas, en donde los primeros según él, eran elitistas y los actuales son un claro jolgorio popular, lo cual dista mucho de la realidad, ya que a decir de la propia gente con los priista iba quien quería ir, a nadie se le obligaba, sin embargo, desde 1999 que gobierna el PRD la constante en los informes son el acarreo de gente, que por unos pesos, una torta y un refresco son capaces de ir hasta la luna.
A la ciudadanía le importa un bledo los informes de gobierno, por la sencilla razón que todos son iguales, son puras verdades a medias y mentiras completas, ya que en todos estos se resalta el trabajo supuestamente realizado, si bien es cierto, en la época de los priistas estos se robaban el presupuesto sin hacer obra, es por ello que tuvieron que cambiar las reglas de asignación y operación de los recursos.
Es por ello, que desde el gobierno de Leonel Cota Montaño, para poder robar se tenía que hacer las obras que se decía, es por ello que desde 1999 a la fecha brotaron como verdolagas los prestanombres, al grado tal que surgieron funcionarios que no saben ni tomar una pala y ahora cuenta con empresas constructoras que se llevan más del 90 por ciento de las obras que el propio gobierno realiza, sobre en este sexenio que encabeza el hombre de papel.
La supuesta popularidad del hombre de papel, no se debe al supuesto trabajo que viene realizando, sino el hambre que tiene la población, cuando te entregan despensas y dinero, por supuesto que cualquiera se vuelve popular, pero la realidad dista mucho de lo que ocurrió el pasado 15 de marzo en la plaza de la reforma, que dirán los perredista, la contratación de camiones y peseros es porque la gente no tiene para pagar un transporte y poder asistir, fue un acto egocéntrico, un acto faraónico en donde esperamos que estos dos últimos años no le hagan creer al hombre de papel que el pueblo le pida su reelección.
Es curioso que de la noche a la mañana apareciera el grupo Bahía de los Cabos, sea y sea exclusivamente quienes rentan el sonido que se utiliza en todos los eventos que realiza el gobierno, y existen voces que afirma que es el ejecutivo el dueño de dicha negocio, y así encontraremos muchos ejemplos, en donde encontramos a funcionarios-empresarios que se benefician con el tráfico de influencias.
Por último y no menos importante, es que la corrupción que se observo en los gobierno priistas en más de 70 años, fue un juego de niños, los cuales fueron superados por los gobierno perredistas en tan solo 10 años de gobierno, tan solo hay que ver con la pobreza con que entraron algunos y con actualmente ostentan fastuosas residencias, grandes extensiones de tierra, vehículos último modelo, y para muestra esta Antonio Alcantar López, quien de cada peso que se roba, más de la mitad van a parar a manos del hombre de papel.

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